21/04/2020
El problema de la contaminación
Un estudio efectuado por la
Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Gijón, ha hecho
visible la relación inequívoca entre la intensidad del tráfico rodado y el
nivel en el aire de las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) durante
el estado de alarma; concretamente, desde el 15 de marzo al 9 de abril. De
igual a manera, a falta de algún otro estudio municipal, se habrá comprobado
que habrá menos corchos y colillas en los sumideros de la ciudad durante ese
mismo periodo o, por ejemplo, que ha habido menos multas de la ORA, al no haber
ORA. Y así sucesivamente.
Sí, la contaminación de los
automóviles en nuestras ciudades es un problema de primer orden de salud, como
lo es la contaminación acústica que producen y de la que apenas nadie habla (salvo
las Plataformas que también reivindican un aire sano). Sí, claro que sí, pero plantear
tomando como base un estudio donde, excepcionalmente en la historia del mundo
la población está recluida, como punto de partida a la hora de implementar futuras
medidas esperemos que no sea una realidad. Al igual que la mayor parte de los
negocios están cerrados y sin ingresos, y
supongo que nadie planteará ese horizonte como válido, por ejemplo, a la hora
de reordenar el ocio nocturno; ni tampoco se tomará como referencia el llevar más
de un mes confinados y sin poder hacer ejercicio a la hora de que todo esto
pase y establecer que los parques están
más tranquilos así. Es decir, no se puede partir de la excepción.
Pero no solo por estas razones,
lo que conocemos de este estudio hasta el momento deja a uno boquiabierto, sino
la parcialidad que aparentemente ofrece. Me explico, por mucho que se insista
en demonizar el automóvil como fuente de todos los males de contaminación en
nuestra ciudad esto no es así .Y esto se sabe desde, al menos el año 2013 y las
36 famosas superaciones de PM 10 de la Avenida de Argentina. El problema de
contaminación que ha determinado todos los desarrollos de Planes de calidad del
aire pasados y futuros de nuestra ciudad son las partículas, y las partículas,
en el estado de alarma, han seguido su curso.
Analicemos las mediciones de partículas en la estación municipal durante
estos días.
Al tratarse de un estudio
municipal no puede ponerse la excusa por parte de nadie que la estación no está
en la red de estaciones de medición del Principado de Asturias; ya que
suponemos que el propio Ayuntamiento creerá en los datos de su propia estación.
Pues bien, esa estación desde el día 15 de marzo hasta el jueves 9 de abril (para
que no haya lugar a equívocos dejemos fuera del 18 al 24 de marzo que al parecer
los indicadores estuvieron condicionados por partículas provenientes de aire
del Sahara) el 25 de marzo, la media diaria se situó en 68u de PM10, cuando el
máximo permitido es de 50; o el día 26 con la media diaria de 52, o el 29 de marzo con la media diaria en 63 con
picos de 133; alcanzando siempre esos picos de contaminación entre las 1 de la
madrugada y las 8 de la mañana, donde el ya de por sí escaso tráfico habitual,
en esta situación sería inexistente.
Pues de los propios datos de la estación
municipal, ya que hablamos de un estudio municipal, no se dice nada, o al menos
no ha trascendido nada. Me temo que porqué es más fácil seguir metiendo miedo a
los ciudadanos con los coches como elemento único del problema de contaminación
de nuestra ciudad, cuando eso no es cierto. Lo justo sería reconocer que es la
contaminación de origen industrial.
La cosa va más allá, siendo el
Oeste de nuestra ciudad la zona más castigada por esta contaminación
industrial, las medidas planteadas hasta ahora, aunque sean en materia de
tráfico para paliar el problema de contaminación ¿dónde se han planteado? Para
el Centro y para el Este. Basta pensar en decretar el centro de la ciudad como zona
de bajas emisiones o, lo que ya es una realidad, eliminar la Avenida del
Molinón.
Esto es como el traje del
Emperador ¿ningún político va a decir que va desnudo?
David Alonso
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