08/12/2020
Contaminación en el Oeste de Gijón
Se cierra el mes de noviembre de 2020 como uno de los meses
más negros en el histórico de la contaminación de Gijón. La estación de
medición de la calidad del aire de El Lauredal, propiedad del Ayuntamiento ha
señalado 23 días de superación de los 30 del mes, con bloques de días continuados
de cuatro, seis y hasta de once días seguidos de superaciones intolerables.
Durante este año los días que se han superado los máximos de
registro de partículas de tamaño inferior a 10 micras, las conocidas como PM10,
son setenta y tres. Setenta y tres días en los que el aire respirado al menos
en la zona de medición de la estación supera ampliamente lo máximo permitido
según la legislación vigente. De igual
manera que estos índices se superan el Principado de Asturias ha presentado
estudios que siguen situando la contaminación industrial como origen principal
de esta contaminación por PM10. Para
solucionar esto, desde el año 2013 se han presentado planes, protocolos y modificados
de planes de actuación para casos de elevada contaminación atmosférica. Dado
que la contaminación se ha ido geo localizando y matizando con el avance del
tiempo, recientemente el Principado de Asturias y el Gobierno Municipal han
puesto sobre la mesa un nuevo plan de actuación, en este caso en exclusiva para
la zona oeste del municipio.
Mucho se ha hablado desde 2013, fecha donde arranca la
elaboración de estos planes, de la situación de contaminación y de la inacción
tanto del Ayuntamiento de Gijón como del Principado de Asturias, los primeros por
seguir asumiendo la realidad que presenta el Principado de Asturias de que no
pasa nada y los segundos por seguir negando la realidad, no ya de la
problemática de superación que refleja la estación de medición del El Lauredal, sino por no tomar ninguna
medida efectiva al respecto.
De igual manera que esta realidad, visible en los cielos de Gijón
algunos días, aunque suelen ser las noches el espacio temporal álgido de dicho fenómenos,
siguen apareciendo numerosos estudios que ponen datos tanto al coste en salud
de asumir como norma esta contaminación atmosférica, como el coste económico y
social, que no debe olvidarse. No es lo mismo asumir los daños realizados por
la revolución industrial hace siglo y medio que la incapacidad de algunas
industrias por asumir su elevado coste ambiental en el año 2020 y ,peor aún, por la inacción del gobierno
autonómico y municipal por poner freno a tal situación.
En tiempos en los que apelamos a la responsabilidad
individual para poner freno a la terrible pandemia en la seguimos, la
responsabilidad política brilla por su ausencia ante una situación de clara y
real emergencia de salud ante las exposiciones a los contaminantes a los que la
población del Oeste de Gijón se ven abocados. La falta de responsabilidad
política no solo genera el problema en sí derivado de respirar contaminantes, sino
que lleva y eleva el descrédito en cualquier propuesta que pueda desarrollar
las instituciones públicas, puesto que de igual manera que exigen al ciudadano
responsabilidad individual en sus comportamientos bajo premisa de sanciones o
limitaciones, el ciudadano, especialmente si vive en el oeste de Gijón, ve como
los organismos no hacen más que presentar documentos que luego no se ejecutan o
que directamente pasan a dormir el sueño de los justos hasta que el problema
vuelve a subir de tono por las denuncias de la sociedad civil y vuelvan a
prometer otro documento o estudio que anuncia que lo arreglará todo.
Y no se debe olvidar la responsabilidad del Ayuntamiento de
Gijón, no solo del área de movilidad y medio ambiente, sino también de su
máxima cabeza visible, la alcaldesa.
Proteger y mantener el medio ambiente de nuestra ciudad no es
solo remodelar la Avenida de El Molinón y decir que pasamos del gris al verde, hecho
jocoso por otro lado ya que igual que anuncian una inversión de casi un millón
de euros para asumir ese cambio del gris al verde también anuncian un vial que
atravesara el parque Hermanos Castro pasando en ese caso y a apenas 100 metros
de la obra anterior, del verde al gris. Como gris es el humo que nuestros
representantes municipales parece que no ven desde sus despachos en el
consistorio, gris que enferma el sistema cardiovascular, neurológico y respiratorio
de los vecinos de Gijón, como perfectamente señala el estudio epidemiológico,
realizado por la Consejería de Salud del Principado de Asturias en el año
2016.Deben ponerle solución.
David Alonso
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