28/07/2020
Medio Ambiente en Gijón
Señala la señora alcaldesa de Gijón, en el enésimo debate
sobre el Plan de Vías, que la ubicación de la estación Intermodal en Moreda,
defendida por ella con ahínco desbocado, que su solución establece casi todo como
zona verde. Y estas palabras nos sirven de ejemplo para considerar lo que
interesa el medio ambiente en nuestra ciudad. Si nuestros políticos le hubieran
echado un vistazo al Estudio Informativo presentado por Fomento, habrían visto que
en los planos del trazado en planta cargados sobre las ortofotos del terreno
(Plano 2.4.1.3) que la opción que establece la estación en Moreda, se cargará
unos 10.000 metros del parque existente, mientras que la opción del museo del ferrocarril
no. El trazado de las vías de Cercanías de RENFE, varía notablemente en ambos
casos. Pero por si nuestra clase política municipal no hubiera leído el Estudio
Informativo, los servicios técnicos municipales han sacado informes con detalle
sobre las peculiaridades urbanísticas y de obras públicas de la actuación,
donde se señala de manera expresa, que la opción de Moreda no deja más espacio
verde que la del Museo del Ferrocarril, al contrario. Y aunque se pretendiera
posteriormente aprovechar con ese fin de zona verde en la parte superior de la
trinchera, la losa de hormigón que tapará las vías, en la opción de Moreda, con
una trinchera con más altura sobre la rasante, lo imposibilitaría aún un poco
más que la opción del Museo del Ferrocarril, por no hablar del mayor
aprovechamiento residencial que poco tiene que ver con una concepción verde de
nuestra ciudad. Quizá hubiera sido una buena defensa para aquellos que
defienden la estación en el Museo.
Pero en este concepto verde de nuestra ciudad también hemos
asistido a otro fenómeno curioso que denota la preocupación por el mismo: la
suelta de alevines en el rio Piles. No es una técnica que se use ya
prácticamente como regeneración ambiental sino como regeneración para un uso
recreativo de pesca, pero esa no es la cuestión más grave. Cualquier proceso de
rehabilitación/ regeneración o de restauración ambiental tiene como norma
habitual que la reintroducción de especies se realice cuando se ha logrado que
el medio natural receptor haya alcanzado los criterios óptimos de calidad para
su desarrollo y su reproducción; en resumen, que su hábitat sea el correcto. En
este caso, en el río Piles, se trataría fundamentalmente de la mejora de la calidad
de las aguas del medio receptor. En una zona urbana y periurbana donde aún no
se ha dado prácticamente ningún proceso ni, muy importante, ninguna inversión
significativa; comenzar una “naturalización” con esta suelta solo logra un
objetivo: una bonita foto.
Me consta que sí hay un proyecto sobre la recuperación
natural del cauce, pero eso lleva a dos caminos, terminar ese proyecto y más
importante aún, dotarlo de presupuesto; porque si no las ideas más bonitas no
se traducen en la realidad. Porque de igual manera que se puede decir que se
van a hacer maravillas con la gestión de las aguas residuales, el caso es que
seguimos vertiendo agua residual sin depurar al mar en Peñarrubia, seguimos
aliviando más de 60 veces al año las aguas residuales al Piles, o seguimos
teniendo colectores con manantiales y cauces naturales conectados directamente
a ellos.
Y al final todo se traduce en que desde la política, el
medio ambiente forma parte de cualquier discurso, cada vez más, pero de igual
manera que no parece costar nada gastarse 200.000 euros en reparar un par de
calles, en el medio ambiente en Gijón solo se invierte en un cubo de alevines y
en unas cuantas fotos.
David Alonso
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