07/02/2020
Planes de Planes
Anuncia el Gobierno
municipal y el Gobierno del Principado de Asturias una nueva medida para
afrontar el problema de la contaminación atmosférica en nuestra ciudad. Hacer un Plan.
O lo que es lo mismo, no
hacer nada.
Sí se quiere actuar sobre
la contaminación atmosférica en la zona Oeste
solo es necesario aplicar la voluntad política. Y de eso no hay nada.
En primer lugar, esta
misma semana ha habido suficientes días de superaciones para poner en marcha el
Protocolo de actuación en episodios de Contaminación del aire en el Principado,
que es de junio de 2018, pero según ha explicado el Gobierno, consideraron no
hacerlo debido a que se preveía “un cambio meteorológico” que afectaría en positivo sobre la calidad
del aire. Es decir el Plan existente se podría haber aplicado y no lo han hecho. Sigamos.
Si tan preocupados están
por la zona Oeste, tienen otra herramienta de fácil aplicación, aprobada
recientemente por el Pleno Municipal gijonés y largamente
reivindicada por la Plataforma contra la Contaminación de Xixón, de donde viene la idea; que es integrar dentro de la red
oficial de control de la calidad del aire del Principado de Asturias de
estaciones de medición. La estación de medición
del Lauredal, como sabemos, es de propiedad municipal y el hecho de no estar
integrada en esa red oficial autonómica, es
precisamente la excusa que utiliza el Gobierno para no actuar cuando dicha
estación señala las innumerables
superaciones que da mes a mes, superando ampliamente los máximos anuales
permitidos por ley.
Si tan preocupados están por la zona Oeste, simplemente con que esa estación esté dada de alta en la red autonómica, con todas sus superaciones por
PM 10 o por PM 2,5 permitiría activar el Protocolo de actuación en episodios de
Contaminación del aire del Principado, sabiendo además, que es en esa zona
donde se concentra el mayor problema y actuando como tal.
Pero la cosa es aún
peor. Por aquello de que la política tiene la memoria corta para aquellas cosas
que no interesan, cabe recordarle al gobierno municipal que desde el 13 de
julio del año 2017 cuentan con un documento importante para abordar este
problema, que no es otro que la Ordenanza municipal de Protección del Medio Ambiente
Atmosférico. En dicha Ordenanza, especialmente en el
artículo 35 y siguientes, se habla de la vigilancia de instalaciones
industriales que ofrece algunas posibilidades y medidas de actuación al
Gobierno municipal frente a los problemas de contaminación.
Yendo un poco más allá, también debe recordar el
Ayuntamiento, que aprobó un planeamiento urbanístico municipal en el que en el artículo X.4 de la Memoria
Justificativa
de dicho PGO se señalaba la “Restricción, en
los nuevos desarrollos, de la implantación de actividades contaminantes” referido a la zona Oeste del municipio, mención a tener en
cuenta ante la posible central de biomasa que plantea ubicarse en la zona oeste
y la posibilidad de que tenga incidencia, sobre la ya maltrecha calidad del
aire.
En resumen, si la
voluntad de preocuparse por la calidad del aire que respiramos en Gijón es
real, tienen suficientes armas para actuar; es más, las tienen todas.
Ahora bien, si lo que se
busca es alargar los tiempos, calmar los ánimos y confiar en que en algún lustro próximo la gran industria, que los propios documentos del principado
de Asturias señalan como responsable de nuestras superaciones de PM10, actúe,
les anticipo que no lo lograrán, solo lograran ponerse en evidencia en este
asunto. Una vez más. Un año más. Una década más. Y mientras eso sucede, los informes Epidemiológicos del propio
Principado seguirán vinculando los episodios de más contaminación en nuestra
ciudad con nuestro empeoramiento de salud.
No vale señalar a Madrid y sus barbaridades,
cuando aquí en Gijón, escondemos la verdad detrás de Planes que ni en la mejor época del Equipo
A serían más increíbles.
David Alonso
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